- Uhm...es sábado, son las 10 de la mañana, y no pienso mover mi trasero. Si sigues saltando en mi cama te mato.
Era un tipo inteligente, sabía que debía tomarme enserio.
Se recostó a mi lado.
- Tengo la camioneta afuera, el tanque está lleno y nos podemos ir a dónde se nos cante, no seas aburrida.
- Soy amargada y mala, ahora lárgate o te muerdo.
Como el animal que es me cargo a pesar de que puse toda la resistencia que fui capaz, estaba en pijama y una flojera como la de un lunes a la mañana. Me metió a la parte de atrás del carro y puso el seguro de niños.
Maldito dictador.
Entró a la casa y salió rato después con mi mochila al hombro.
- Ahí tienes ropa, cámbiate que hoy nos vamos de viaje.
- Algunas personas trabajamos, tenemos familia y damos explicaciones, te cuento.
- Muchas explicaciones no diste cuándo quisiste quitarte.
- Qué golpe bajo.
Sabía que ese tema no podía tocar, no podía invocar a Satanás.
Tramposo.
Era más obstinado que yo, no quería pelear más, comencé a cambiarme detrás de él, odiándolo un poquito.
Mi celular sonó y rogué que sea mi mamá.
Se adelantó, contestó.
Después de intercambiar un par de palabras, llegó a convencer a quien quiera que fuese la persona con la que estaba hablando que lo mejor para mi era llevarme lo más lejos posible, al menos por ese fin de semana.
- Todo arreglado en casa.
Carajo.
No dije nada, su sonrisita de suficiencia me irritaba mucho
Cuándo me di cuenta ya estábamos en el aeropuerto, no lo podía creer.
- Ja, ¿me estás jodiendo? no tengo ni siquiera el pinche pasaporte. Llévame a mi casa que ya bastante te divertiste.
- No reina, vas a ir tú sola dónde puedes descargar toda la rabia y tristeza que te están matando de a poquitos. Aquí están los boletos, te vas hoy y regresas el lunes temprano.
Extendió la mano con los boletos al infierno.
Sentí frío. Mis intenciones eran totalmente malas. Mejor era alejarme de eso, no tientes al diablo porque si no...
- Te quiero y gracias por hacer esto pero tengo que decir que no, si llega a darse ese momento créeme que se pudre todo, no sé que pasaría, lo único que te aseguro es que terminaría muy pero muy hasta el culo.
- Te haría bien.
- Sabes que sufriría si llego a dañarle.
- Pero lo deseas.
No pude negar eso.
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