viernes, 14 de agosto de 2015

#3,2,1

La apuntaba a ella y ella lo apuntaba a él, el cañón de la 45 estaba pegado a su cabeza.

Hija de puta.

Esa era la situación, un movimiento en falso y todos terminábamos con los sesos reventados.

- Baja el arma.
- Te mueves y lo quemo.

Él me miraba fijo, sabía que estábamos jodidos. 

Una gota de sudor caía por mi frente, ese sudor frío y el hueco en el estómago me atormentaban.


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