lunes, 27 de julio de 2015

#MenosDosAlas

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I


Caminábamos luego de grabar por segunda vez en una universidad. El sol de Noviembre ya estaba calentando, conversábamos de nada y de mucho a la vez. Llegando casi al lugar en dónde íbamos a esperar al taxi pasó algo que cambió el rumbo de muchísimas cosas:

-          ¿Estás trabajando?
-          No, aún.
-          ¿Quieres trabajar conmigo?
-          ¿Enserio?

Era increíble (totalmente increíble) que me considere para formar parte de su equipo. Él, tan brillante en su chamba y yo una novata de IV ciclo.

-          Claro, pero fácil ya no podríamos ser amigos.
-          No, podemos ser patas y hacer un buen trabajo, vas a ver.

Él no dijo nada y yo no lo acababa de creer.

Nos despedimos, caminé aun rumiando la idea, prefería evitar hacerme ilusiones para no decepcionarme luego. Pero que feliz estaba por la posibilidad.

Fui a la facultad, llegué a casa y empecé a avanzar un par de cosas pendientes. Mi celular sonó como a las 10 pm, me sorprendió/alegró que fuera él.

-             Hey.
-          ¿Enserio quieres trabajar conmigo?

Y casi ha pasado un año de eso.


II


Oficinas de Imagina, transcurso de la mañana, había terminado mi primera nota y estaba lista para que él la revise y subirla.

Fuimos a un lugar apartado.

Empezó a desmenuzarla línea por línea, me mostraba cada error y el pensamiento recurrente era “¡¿Cómo no me di cuenta?!”. Después de 40 minutos empecé a considerar la idea de cambiarme a Ingeniería o algo así, estaba contrariada y avergonzada, no podía creer que había presentado eso.

Tenía una paciencia de Dios, corregía todo con muchísimo tacto, mucha amabilidad, como si enseñara a caminar a un bebé. Una parte de mi cabeza pensaba que hasta yo me hubiese despedido después de eso.

-      Sube la cabeza , esto te va a pasar más de lo que crees, no te preocupes. Ponme atención y todo va a ir mejor.

Ese es uno de los momentos que le aseguró un lugar en mi memoria para siempre.


III


Taxi, 4:00 pm, camino a grabar.

-          ¿Idea?
-       Déjame pensar...

*silencio*

-      ¡Ya sé!
-     ¿No será mucho?
-      No creo…
-      ¿En serio?

Y luego de hacer una buena nota (casi siempre) viene la discusión de quién fue la idea, lo bien que grabé (ja), entre otras cosas.



Feria del libro, fines de julio.

  1.              Hola, ¿nos podemos tomar una foto contigo?
  2.              ¡Eres tú!, no podía dejar de mirarte.
  3.             Qué paja tu chamba, no dejes de subir vídeos.


Solo son algunos ejemplos de las cosas tan bonitas que le decían.

No me impacientaba, es más, los entendía. La primerísima vez que lo vi ni siquiera me atreví a hablarle, aún recordaba esos nervios/emoción.

Yo estaba pegada a la tele religiosamente todas las noches viendo ese programa del 5, lo único que me importaba era ver su nota luego de cagarme de risa me permitía ir a descansar.






Imposible decir cuanto te quiero, respeto y admiro. 

Gracias por tanta generosidad, gracias por apostar por mí cuándo ni siquiera yo lo hacía, gracias por la paciencia para enseñarme hasta las cosas más obvias, gracias por tantísimos momentos lindos/caguederisa que siempre van a estar conmigo.

En especial, muchas pero muchas gracias por la confianza, mi querido LC.

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