miércoles, 17 de diciembre de 2014

#UnPocoDeAmor

Aprovecho que estoy sola, me pongo su camisa.

Estoy descalza, camino sobre la alfombra, me da cosquillas.
Me siento ligera, después de muchos meses estoy feliz.
Saco la computadora de la cartera, la apoyo en la mesa de centro. Me decido y voy por el vino de la nevera.

Regreso a la sala y lo tomo sin copa, lo tomo del pico, a la mala. Siento que le estoy faltando el respeto a las tradiciones, me arrepiento, voy por la copa, regreso a la sala.





Me dispongo a escribir, con la copa en la mano.

Siento las llaves en la puerta, sonrío, al fin llegas.
Te paras frente a mi, sonríes, te parece gracioso verme vestida solo con tu camisa. Te sientas a mi lado, no me interrumpes, me besas el cabello, te echas en mis piernas. Dejo la copa y me acomodo a tu costado, respiro en tu cuello y mi mano se apoya en tu pecho.

Conversamos mucho, tu genuino interés en mis actividades diarias y todos los mínimos detalles me sigue sorprendiendo, ríes y te molestas según la situación que escuches, te doy besos, tu brazo se afianza alrededor de mi cintura.

Despierto en nuestra cama, eran ya pasadas las 3:00am,  no entiendo en qué momento me quede dormida. Estás destapado, fiel a mi costumbre me había apropiado del edredón.
Tiemblas un poco.
Me da mucha ternura y me siento horriblemente culpable. Te abrigo y me acomodo encima de tu pecho, por instinto me abrazas.

Me dejas en la oficina al día siguiente, nos besamos antes que baje del carro, besas mi mano mientras dices "Te amo".

Yo más.

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