1.- Tú eres mi referente de vida. Nunca he conocido ni conoceré a una persona que sea más fuerte que tú. Gracias a ti mi infancia fue muy feliz. Gracias por ser mi cómplice, mi mejor amigo desde chiquita. Gracias por cuidarme y engreírme. Y perdón por todas las veces en las que mi rebeldía cojuda adolescente hizo que te sintieras mal. Gracias por poner el pecho siempre. Gracias por ser tan buen hermano y tan buen amigo. Eres grande.
2.- Tú eras el que me contaba historias de terror cuándo era chiquita (si, fui más chiquita), me enseñabas a no tener miedo, a darme cuenta que mis miedos infantiles no existían. Tú eras el que me hacía bromas pesadas hasta que ya no lloré y deje de acusarte. Tú me enseñaste a ser fuerte. Tú eras el que me defendía de los chibolos del cole que me hacían llorar. Contigo aprendí a seguir el camino. Tú me educaste musicalmente, gracias a ti conocí a Sabina, Silvio, Franco De Vita. Gracias. Te quiero siempre.
3.- Tú y yo somos inseparables. Tuvimos nuestras épocas malas como cualquier pareja de hermanas. Nos matábamos (literal), luego crecí y me di cuenta que nos parecíamos mucho. Me di cuenta que tú siempre estabas para salvar mi trasero y yo siempre estaba para escucharte, para acompañarte en la tristeza, en las risas, en las chelas, en todo. Siempre te admire secretamente, mi meta era ser como tú. Luego me enseñaste que podía ser mejor, me enseñaste a aprender de tus errores, me enseñaste a estar en paz conmigo.
Gracias por contenerme, gracias por ser mi hermana.
Los amo.
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