- Nunca he sido de las que se rinden. Y eso tiene su parte mala, hay que saber cuándo darse por vencida, aceptar que no funciona y dejarlo pasar. Siempre he querido creer que todo tiene solución. Cojuda.
- Nunca me he sentido mal por no ser una anfitriona o modelo. Operadas o no, nunca me he sentido menos. Nunca he tenido la afición morbosa de compararme, si tiene más culo, menos tetas, si es más linda. No entiendo esa manía auto destructiva y no la comparto. Para mi, todas las mujeres somos diferentes, todas somos lindas a nuestro estilo. Todas.
- Nunca he sido una señorita convencional ni pretendo serlo, nunca he dependido de un hombre para nada (a menos que sea para abrir algún tipo de frasco y/o botella) si tengo que putear a alguien lo hago, aprendí a defenderme sola desde hace tiempo y voy a seguir caminando sola.
- Nunca he sido muy...¿sociable? , no me gusta usar tacos ni pasarme medio día en la peluquería (dejando todo mi dinero en el proceso), me estresa tener que salir a la noche, odio la bulla y la gente acumulada me aturde. Soy de las que escriben fumando un pucho un sábado a la noche.
- Nunca he rogado amor. ¿Para qué? Si no te quiere ahora, no te va a querer nunca. Por las huevas es. A cambiar de página.
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