- Porque no sé que escribir.
Y fue la primera vez que lamente mucho ser sincera.
Ni bien terminé de pronunciar esas palabras agarraste el casco y te montaste a la moto. Pensé que, fiel a tu costumbre te ibas a ir muy indignado, me dio flojera pensar cuál sería el motivo.
- Sube.
- Ni a patadas.
- Sube o te subo, enserio.
También me dio flojera discutir así que obedecí, arrancaste y la moto volaba, no sabía dónde íbamos y a esas alturas ni siquiera me interesaba mucho.
Era un chiste del destino que me llevaras a ese lugar, justo el lugar que trataba de evitar en mis pensamientos. Nos sentamos en la misma banquita y anhele otra compañía, eso necesitaba para estar bien.
Fumamos una cajetilla entre los dos, en silencio. Sabías que no iba a hablar y que no era bueno presionarme. Te rendiste. Me llevaste a casa.
Entrando tuve pena, no iba a volver a tener la oportunidad de olvidarme y echar a la basura cabanossi recién comprado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario