- Hola, fácil te va a parecer raro pero necesito hacer una crónica y tú me pareces perfecto para eso, ¿quieres ser mi amigo?
- Ya, seamos amigos.
Al estilo de los niños de jardín de infantes le pedí que sea mi amigo y que a la vez me ayude a aprobar mi curso, claro, fue después de meses de acosarlo mediante Twitter, ver todos los capítulos de La Habitación 007 e investigar todo lo que pueda sobre esta persona que me parecía tan pero tan genial (y un poco desequilibrada).
La primera vez que nos íbamos a ver me perdí.
Dos cafés con el mismo nombre en la misma avenida, no me juzguen.
Lo que él no sabía es que yo lo conocía desde ya hace tiempo, lo vi en el noticiero de Frecuencia Latina y luego reporteando en Enemigos, persiguiendo a Humala en elecciones, haciendo el Baile del Caballo en el Congreso o en Mistura, entrevistando chicas en un jacuzzi.
Con una personalidad desenvuelta, sin miedo, para nada tímido, tan diferente a mi.
Entre al café muy pero muy nerviosa, no sabía que me iba a encontrar, si una estrella estrellada que rechazaría el proyecto por el simple hecho que tendría que aprender a confiar en alguien en poco tiempo o un pata que sea tan pero tan buena onda que aceptara y me dejase trabajar confiando en que estoy de su lado y respeto la ética periodística.
Y gracias a Dios (o algo) encontré a un pata buena onda, un poco incrédulo en que de verdad lo quisiera a él para mi proyecto. Un hombre hablador, inteligente y con una buena energía.
Lo saludé, me disculpé por el retraso, le quito importancia y pidió dos limonadas. Abrí la bitácora y luego de una explicación previa comencé con las preguntas, él muy generoso respondió todo lo que necesitaba, sentí que había echo una buena elección y que iba a salir un trabajo del carajo.
Hablamos de todo como dos viejos conocidos.
Luego salimos del café y lo acompañé a ver vinilos, caminamos y seguimos hablando, mostró su aprobación por un proyecto de una alcaldesa que se iba a la reelección, hablo con su novia (tiempo después me enteré quien era, me dio gusto que este con una mujer tan linda e inteligente), llegamos a una segunda tienda de vinilos, me enteré que había tratado de pactar una entrevista con Joaquín Sabina y le hice prometer que si en algún momento la conseguía me iba a llamar.
Pasamos por una tienda naturista (?) o algo así. Fuimos por un Subway a unas cuadras y la conversación no paro nunca, aún recuerdo que me dijo "pocas veces hablo tanto por tantas horas" reí agradeciendo la deferencia y el aporte.
Vinieron a recogerlo, tenía un evento pendiente, prometí volver a molestarlo para seguir conversando.
Tuvimos más salidas. Luego de la fiesta de #MalditoHipster nos vimos en su casa para poder grabar y hacerle unas fotos.
Conocerlo fue una experiencia increíble, es como el hermano mayor y molesto que hubiese sido chévere tener, aprendes de su experiencia (en especial a hacer cámara) hace que la relación sea tan horizontal que ni tú mismo acabas de creerlo.
Te quiero Burneo, siempre vas a ser mi hermano (con tal que digas que soy tu mejor cronista y hago mejor cámara que Leo).
Foto del cierre de la crónica, la que me gusto más. Su risa te hace reír. |
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