domingo, 16 de noviembre de 2014

#Ella

Gracias por tener la valentía de contar tu historia y dejar que la publique.
Te quiero mucho querida amiga







Tenía 21 años, aún cursaba estudios en la facultad y pasó. 
Retraso de una semana. El alma se me fue del cuerpo sopesando las posibilidades. Estaba en una relación estable con proyección a futuro pero... ¿un bebé?
No le dije nada a mi novio, no podía, tenía miedo.
Notaba como mi cuerpo cambiaba, tenía mucho sueño y prácticamente no comía. Calculando tenía un mes (o iba a cumplirlo)
Fui educada en una familia cristiana católica, toda mi vida me aterro la idea de ser madre, le tengo fobia a los bebés y sinceramente no tenía recursos para mantener un hijo. Ni él, ni yo. 
Es más, siempre nos habíamos cuidado, no me explicaba como carajo podía estar metida en ESE problema.
Estaba en pleno ciclo, mi mente se nublo. Tenía que solucionar ESO.

Llamé a esos anuncios de "Retraso Menstrual" me atendió una voz femenina preguntando cuánto tiempo de retraso tenía y dándome las "tarifas" , explicando procedimientos que jamás imagine estar metida. No me dio ni un poco de confianza, mientras la escuchaba me imaginaba muriendo desangrada en un quirófano de mala muerte.
Googleando encontré un tipo de pastillas "cytotec" se llaman, el anuncio prometía que solucionaban el problema a un precio módico. 
En otras circunstancias y con lo desconfiada que soy JAMÁS se me hubiese ocurrido llamar, pero sinceramente, no me quedaba de otra.
Me encontré con el tipo, compré el producto.
Me las tenía que aplicar por dos días, no puedo ni explicar el dolor horrible que sentí.
Tenía la sensación de que se me estaba quemando el vientre, el dolor fue terrible, tenía muchas náuseas, y comenzó a bajar la sangre.
Estuve sangrando por casi 5 días, mi ánimo era el peor. 
Mi novio terminó la relación por otros motivos, me quedé sola. Más sola que nunca.

Han pasado varios años de eso, vivo fuera del Perú, tengo dos carreras, un trabajo estable. Soy soltera y pienso mantenerme así, no quiero tener hijos, pero ahora es porque siento que no me lo merezco. Nunca olvido a mi bebé, siempre le pido perdón, ojalá algún día el cielo me perdone.
No hagan lo mismo que yo. Cuídense mucho más, sean responsables. 

No les alcanzaría la vida para arrepentirse.


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