Él es más alto que yo.
Piel morena, cabello negro el cual necesitaba un corte, ojos marrones chocolatosos, facciones delicadas para tal musculatura. En su abdomen podías rayar zanahorias o lo que se te ocurra.
Tiene la costumbre de no llevar el polo puesto #ParaVariar aunque a su favor se puede decir que el calor del sur tampoco da para llevar todo puesto.
Se llama Francisco, pero para mi es Pancho.
Es el nuevo ayudante de mi abuelo, y encima esta en los veintitantos, #PorQuéAMiModeOn
Después del susto en la chacra lo conocí, en realidad, nos encontramos.
Estaba peleando con el caballo porque no quería andar, y escucho su voz de locutor radial.
"Deja, yo te ayudo"
No nos habíamos presentado así que solo atine a ponerme colorada y quitarme de su camino, gracias a la magia negra el animal se animo a caminar pero yo ya no tenía ganas de cabalgar.
Mi cabeza estaba inclinada contando cuantos coquitos tenía su abdomen, el volteó y se dio cuenta y yo fingí estar contando cuántas hormigas caminaban por el suelo, acerco su mano y con una media sonrisa su "Mucho gusto" quedo completamente relegado a comparación de esos brazos #Carajo.
Conversamos mucho, lo acompañe a realizar sus tareas diarias, me enseño a darle de comer a los animales, caminamos por la chacra, cortamos naranjas y llegamos a un garaje desolado, habían dos motos en buen estado.
"¿Recuerdas como hacerlo o prefieres ir amarrada a mi cintura?"
¡Y encima lo pregunta!, necesite dos segundos para meditarlo, podía tomar práctica a la noche cuando todos duerman pero nada me apetecía mas que ir trepada a su cintura y sentir su olor a madera.
No dije nada, solo me acomode y a él pareció agradarle mi elección.
Se sentía tan bien, a la mar de bien, podía dormirme si no fuera por el ruido de la moto. Fuimos por las chacras para que nadie nos vea, me inquiete en el momento que me di cuenta que ese era el camino de regreso a Lima.
No paso mucho tiempo para que diera algunas vueltas y llegamos. Era una casa azul, el garaje era enorme, estaba abierto y habían dos motos relucientes, un chico debajo de una y el otro sentado con la laptop en las piernas.
Pancho los saludó, el que estaba debajo de la moto no dejaba de mirarme, me incomodó un poco, mi amigo se dio cuenta y me presentó.
"Mi jefa, mi amiga y mi futura novia"
Me gusto la presentación.
Los chicos se llamaban Cristian y Juan José, gracias a la conversación supe que los 3 se dedicaban a hacer piques nocturnos en la carretera, mi sentido común me dijo que eso era completamente reprobable, pero mi subconsciente le dijo que cierre el pico.
Conversamos mucho, parecían buenas personas, todos eran compañeros de universidad, discutimos las bondades del periodismo y luego la final del mundial, Pancho iba por Argentina, otro punto para él.
Ya estaba oscureciendo así que me despedí, él hizo lo mismo, y vino la propuesta.
"Hoy hacemos piques, si quieres llevas a tu chica"
Okey, si. Me sentí una mascota o un llavero, respondí algo gracioso y prometí que les iba a cerrar la boca, montaba mejor que los tres juntos. Rieron desafiantes, no me gusto ni pizca.
Teníamos que armar un buen plan, si mi abuela sospechaba un poquito se iba a infartar, y si era mi abuelo quien sospechaba iba a encerrarme y asegurarse que no saliera de la casa.
Pancho dormía junto con el capataz viejo así que era fácil. Me iba a escabullir desde mi cuarto hasta el suyo, caminaríamos, sacaríamos las motos caminando hasta alejarlas un poco más de la casa y luego directo a la gloria.
La media noche era buena hora, la hora de dormir era a las 8pm a más tardar, así que no habría problemas.
Y eso hicimos.
Salio mejor de lo esperado, 12:20 ya nos habíamos reunido con los chicos, estaban presentes dos chicas más, una se llamaba Renata, no recuerdo el nombre de la otra.
Ellas estaban sin moto así que supuse que yo era la única que iba a montar.
Empezamos en parejas, primero Pancho y yo.
No le fue difícil ganarme, me faltaba práctica y él era indiscutiblemente perfecto en eso. Luego Juanjo y Cristian, Cristian ganó.
Tocaba carrera de chicos, el único detalle era que nosotras debíamos de ir atrás. Demonios.
Solo basto una advertencia:
"Ganas y procura no matarnos"
Sentí que volaba, él era el doble de cuidadoso conmigo, eso hizo que fuera mas lento. No podía abrir los ojos, sabía que me iba a marear y eso no sería bueno.
Llegamos en segundo lugar, se le veía claramente fastidiado, me costó bajar, él se apresuro para rodear mi cintura y soportar mi peso ya que a pesar de todo si me había mareado.
Tomamos 2 rondas de pisco, Juanjo hizo unos cuantos chistes sobre porque las mujeres y las motos no combinan, le saqué la lengua y empezamos la carrera.
Gané y disfruté la cara de estúpido con la que se me quedo viendo.
Y la noche transcurrió entre motos y una buena conversación, nunca me había sentido más libre, me gusto.
Regresamos a la casa un poco antes que amanezca, algo de cinco, a cinco y media, entramos como ladrones en medio de la noche, él fue a su cuarto a dormir un poco, yo iba en dirección a las escaleras, pase por la cocina y hay, sentadita estaba mi abuela.
Le inventé que había salido a cabalgar temprano, fingió que me creía y me sirvió el desayuno.
Pancho se dio cuenta que no había dormido en el momento que me vio acomodada en los naranjos a punto de quedar inconsciente, se acomodó a mi costado y me quede dormida en su pecho mientras acomodaba mi cabello. Paso mucho para que despierte, él no estaba, yo estaba tapada con una colcha.
Me incorporé con toda la intención de irme a la cama, llegué a mi cuarto y cuando ya estaba acomodada y calentita me llama al móvil.
"Ya que al fin despertó futura novia, ¿vamos a montar?" Maldita sea. Esta bien.
Y así pasaron los días, la despedida fue rápida. Me dio un beso en la frente, prometí que no tardaría mucho en volver. Y acabó en un mensaje de texto. "Te quiero mucho".
Yo también mi Pancho.