lunes, 31 de agosto de 2015

#Nada

Hoy soñé con él.



Soñé que hacíamos el amor, soñé que nos reencontrábamos, nos matábamos a besos.

Lo curioso es que no sentí nada.

¿Supuestamente eso debió ser considerado como un sueño húmedo o algo así? Estoy confundida.

Hasta mi inconsciente sabía que eso no podía estar sucediendo en ningún plano, proyectó esa imagen solo para torturarme.

Lo curioso es que cuándo desperté y me obligué a recordar, no estallé en llanto.

No, no lloré, no me sentí horriblemente miserable. Nada de eso.

Solo sentí un hueco en el pecho, ahí dónde antes estaba un atolondrado corazón.

Así se sentía no sentir.  

#Momo

Llega tarde y me quita el vaso de whisky de la mano.

- Así que me vas a sacar la historia de Momo para tu blog, periodista tenías que ser - su tono de reproche divertido me hizo sonreír.
- Verás amiga, recibo correos muy feos, necesito TODA tu historia.

Prendió un cigarro y empezamos.

"Pasaron años desde que aborté, porque sí, a bor té. No terminé la facultad porque me enamoré de un hombre 10 años mayor, ya realizado, encantador. Nos volvimos locos, nos escapamos.

Ya en su país nos casamos, fue un matrimonio chiquito pero muy feliz. Él tenía la solvencia económica como para darme una vida despreocupada. 

Llegó el momento en el que mencionó su deseo de tener hijos.

Inmediatamente vinieron a mi los recuerdos; sangre, clínica, legrado...me puse pálida. Nunca antes había contado la pesadilla por la que tuve que pasar, sentía que ahora lo tenía que hacer, él lo tenía que saber.

Era un viernes cualquiera, me recogió del trabajo, fuimos a un bar en Caballito. Pedimos cervezas y una picada. 

A medida que avanzaba el relato veía sus ojos llenarse de lágrimas, terminé y me jaló a sus brazos. Aún recuerdo la manera dulce en la que me acunó, prometiéndome que todo iba a estar bien, balbuceando palabras de contención.

Pasaron 3 meses. Desperté corriendo directo a vomitar, me había quedado dormida y ya me imaginaba el lío que se me avecinaba en el trabajo. Sacando cuentas llegué a la conclusión que mi periodo se había retrasado semana y media.

La costumbre de tratar este tema con la mayor permeabilidad posible me ganó. Aprovechando que él estaba en la oficina salí corriendo a comprar una prueba de embarazo.

Otro positivo.

Lo llamé, llegó a casa y ese fue uno de los días más felices para los dos.

Fueron 9 meses impresionantes. Me mimaba tanto, me cuidaba, fui extremadamente feliz. Amaba esa panza, amaba a esa personita que se formaba dentro de mi. No quiero decir que al bebé de mi primer embarazo no lo quise, amé a esa criatura pero llegó en un momento muy sombrío para mi. No iba a tener la vida que se merecía. 

Sufrí mucho por la decisión que tomé, hasta ahora sufro.

Momo llegó para iluminarnos el camino a los dos, aún recuerdo el día del parto; nervios, ansiedad, dolor, más nervios.

Él no se despegaba de mi lado.

Después de seis horas nació la razón que necesitaba para ser doblemente fuerte, llegó el ángel de mi vida. Y, tengo que confesar, que tengo la esperanza de resarcir los errores del pasado con este bebé tan hermoso fruto del más loco y lindo amor. 





Te amo mi Momo, mamá y papá te aman para siempre".

martes, 25 de agosto de 2015

#DéjalaDecidir

"La fiebre me estaba matando, era ya mi cuarto día con temperatura alta, nadie se había dado cuenta, sufría sola. No podía sostener más el cuento de que todo estaba bien, yo estaba muriendo, había hecho resistencia a los medicamentos y la fiebre no bajaba por nada, faltaba poquito para que colapse o algo, tenía muchísimo frío, temblaba; solo quería que me tragara la inconsciencia y que la agonía acabase.







Fui criada en una familia sumamente machista, prejuiciosa; yo estaba en los primeros ciclos de la carrera y jamás imaginé pasar todo el infierno que me aguardaba. 

Todo empezó un mes atrás. Mi periodo se retraso 5 días, inquieta fui a comprar una prueba de embarazo con el firme pensamiento que iba a dar negativo pero no, positivo; me quería morir. Nunca se me ocurrió tenerlo, NUNCA. Esa criatura iba a nacer en el ambiente más hostil del mundo, con una mamá en la calle y sin conocer a su papá. Tenía 20 años, recordaba poco a ese chico, una noche de copas que se salió de control, nada más. No podía tener tanta puta mala suerte.

Inmediatamente averigüe mil cosas en Internet, toda clase de métodos desesperados para interrumpir ese embarazo, agua con orégano, introducirse culantro (una hierba), una estrategia me parecía más estúpida que la otra. Hasta que di con esa página.

Cytotec o Misoprostol, lo llamaban aborto farmacéutico, era caro pero seguro; leí una y otra vez las instrucciones, comentarios, contra-indicaciones, absolutamente todo. Tenía dos opciones: esas pastillitas que prometían resultados inmediatos y sin consecuencia o ir dónde un carnicero para que me corte en dos y posiblemente muera desangrada en un quirófano maloliente. Me quedo con las pastillas.

Llamé a los números que indicaban y pactamos una cita el mismo día a la noche, nos encontramos en un grifo. Una mujer llegó con un sobre chiquito, adentro estaba lo que me iba a sacar del problema. Retiré el dinero del cajero y finiquitamos la operación inmediatamente. Llegué a casa y me puse la primera toma. No puedo describir lo horrible que es introducirse ese medicamento, al poco tiempo empecé a sangrar.

Al día siguiente aplique la segunda toma, hubo un sangrado más abundante. El gran problema fue que pasaban los días y ese sangrado no paraba. Una semana, otra, otra...no paraba y yo empezaba a preocuparme.

Cumplí un mes de sangrar todos los días. Estaba débil, tenía sueño, cansancio. Habían días que tenia hemorragia, muchísima sangre, ninguna toalla aguantaba.

Cuándo empezó la fiebre que no cesaba recordé a una tía que era doctora, necesitaba ayuda, confiando en la confidencialidad le conté toda la verdad. Ella misma se encargó de revisarme y hacerme todos los exámenes, ecografía, sangre y el resultado era peor de lo que imaginábamos.

Tenía restos en mi útero, estos se habían podrido y gracias a eso se desencadeno una infección generalizada. También tenía anemia. Estaba jodida por todos los lados.

- Si no te internas te vas a morir, enserio. Tenemos que hacerte un raspado urgente. Es de vida o muerte.

No podía internarme, no podía. Mis papás se iban a enterar, mis tíos, mi hermana; toda mi familia iba a saber lo que pasó, lo que hice. 

Le prometí que iba a ir a casa y les contaría todo a mis papás. Firmé una alta voluntaria y salí del hospital. Lloré todo el camino de regreso a casa. Me iba a morir, carajo. Estaba echa mierda y me iba a morir.

En la cama empezaron los temblores, la fiebre ya no me daba tregua. Tuve un poquito de paz cuándo me desmayé.

Desperté a los dos días en una cama de hospital. 

Estaba muy desorientada, tenía una intravenosa pinchándome la vena, no tenía el celular cerca. Ya no tenía fiebre, toqué un timbre para llamar a la enfermera y me explique. Vi a mi hermana durmiendo en el mueble del cuarto, estaba tapada, había pasado la noche ahí.



 Cuándo me dieron de alta y regresé a casa me explicaron todo:

Yo estaba encerrada en mi cuarto, había apagado el celular, mi tía me estaba llamando para asegurarse que me estaba atendiendo un médico y al no poder comunicarse conmigo fue a mi casa, encontró a mis papás y les explicó absolutamente toda la situación.

Al entrar a mi cuarto me encontraron inconsciente y volando en fiebre, me llevaron de emergencia a la clínica y me operaron inmediatamente.

Estuve en sala de operaciones 5 horas para un procedimiento que en otras condiciones demoraba 30 minutos. Estaba en situación crítica.

Me mantuvieron sedada y en observación, monitoreando como reaccionaba mi cuerpo. Cuándo tuvieron la suficiente confianza que no iba a morir de un momento a otro me subieron a piso. Fue en ese lugar que resucité.



Ha pasado ya un muy buen tiempo.

En casa nadie habla del asunto, solo papá cuándo se molesta conmigo. La relación con ellos nunca volvió a ser la misma. Sienten que les he hecho daño, su egoísmo no los deja ver con claridad las cosas.

Después de lo que pasó se acentuó más mi depresión. 

La frase coloquial de - yo no he matado a nadie - me resulta extraña, no estoy dentro de ese saco. 

Sé que nunca voy a volver a ser la misma, sé que y si hay un Dios seguro me esperen en el infierno pero ya no hay vuelta atrás. Alguna vez escuche que a las personas que elegimos no traer hijos al mundo para darles una vida miserable, cuándo estamos a punto de morir ellos vienen a recogernos. Quizás si, quizás no.

Tomé esa decisión por muchos motivos y, sinceramente, no me arrepiento. De lo único que me arrepiento es de casi entregarme a la muerte solo para no enfrentar a mis papás porque si mi tía se demoraba un poco más en llegar a casa yo ya no estaría escribiendo esto".

#DéjalaDecidir sobre su cuerpo.
#DéjalaDecidir sobre su futuro.
#DéjalaDecidir sobre sus responsabilidades.

Dejen de legislar en nuestro útero.

#DéjalaDecidir"

I.A


Un pequeño aporte de una amiga muy querida para #DéjalaDecidir

domingo, 23 de agosto de 2015

#Lagunas

Alguna vez soñé que hacíamos el amor.

Mirándonos. Sus manos en mi espalda, mis manos en su rostro. Sudor, ganas, amor. Nos pertenecíamos de una manera dulce, muy dulce.

Su sonrisa era paz, perfecta. Resumía todo lo bonito del mundo.

Cuándo me abrazaba guardaba cada latido de su corazón. Todo estaba bien, yo iba a estar bien.

Cada vez que se molestaba sentía una piedra en el estómago.
Sus ojos negros se fijaban en mí sin pestañear, enormes, espiando cada reacción, cada movimiento, buscando arrepentimiento.
Buscando no decepcionarse.






La belleza de las causas perdidas...


martes, 18 de agosto de 2015

#MisFans

Mi época en la secundaria fue buena, tranquila, feliz; peeero (siempre hay un pero, si te ponen un final feliz es que el cuento no acabó) tuve mi propio...fan.

Nunca lo entendí porque yo era una estudiante que pasaba perfectamente desapercibida, pero tuve la suerte de captar su atención gratis. Él vivía por y para mí lo juro vivía pendiente de lo que hacía. Si me corté el cabello, si engordé, si bajé de peso, si me tiré un pedo literal cómo cuándo un mosquito no te deja dormir.

Con el tiempo Pancracio consiguió su tribu mixta de idiotas que aprendieron, también, a vivir para mi. Con unas cuantas excepciones, claro. 


 
Tengo que confesar que era halagador tener tanta atención encima.

Hasta que empezó a ... incomodar un poquito.

2006, una noche - madrugada en la que me quedé en la compu porque al día siguiente era sábado y podía dormir más, ya había explotado Hi5 y era una total novedad. Tenía 14 años.

Decidí chusmear un poco en los perfiles de Pancracio y sus amigos, porque bah, quería una inflada de ego.

- Me dijeron que va a venir su papá a quejarse pero JAJAJAJA ella no tiene papá - Pancracio.

(Mi viejo había fallecido 2 años atrás)

Y si, lo recuerdo tan bien porque desde ese momento comencé a reconocer lo malvadas que pueden ser las personas. Ya había dejado de ser un juego, el tipo era repugnantemente malvado. Me dio lástima y miedo.

Podía destruirlo en 10 segundos, es más, llegué a tipear una respuesta casi igual de mierda ya que estaba enterada de la situación de su familia pero no la mandé, no quise ser como él.

Después de ese episodio de fin de semana llegó el tiempo de olimpiadas.

Era una semana muerta en la que no habían clases y todos nos dedicábamos a hacer nada, solo deporte de 8 am a 3:30 pm.

Fue una escena rápida, Pancracio paso junto a mí lanzando algún tipo de indirecta (costumbre que ya me había cansado un poco) y gracias al empuje de un viejo amigo fui tras él y le estampe la única mejor bofetada que he dado en mi vida. Cómo se imaginaran el tipo tuvo toda la intención de responder, muy oportunamente ese viejo amigo apareció al medio para evitar una catástrofe FUEGOOOOOOOOOO.

Yo estaba feliz, me había desquitado. Listo.

Hace unas semanas me lo crucé en una foto, de esas que circulan en Facebook dónde etiquetan a tu amigo que es amigo de Fulanito.

Me causó mucha sorpresa. El miserable en cuestión se ve horrible, feo, da pena, ni en terno llama la atención.

Sinceramente, pobre de él.

Las personas malvadas se ponen terriblemente horribles con los años.

El karma no perdona, amiguitos.



Besitos Pancracio, solo para que reniegues un poquito: soy jodidamente feliz.

sábado, 15 de agosto de 2015

#IdaYVuelta

- Hoy nos vamos a la mierda.
- Uhm...es sábado, son las 10 de la mañana, y no pienso mover mi trasero. Si sigues saltando en mi cama te mato.

Era un tipo inteligente, sabía que debía tomarme enserio.


Se recostó a mi lado.

- Tengo la camioneta afuera, el tanque está lleno y nos podemos ir a dónde se nos cante, no seas aburrida.
- Soy amargada y mala, ahora lárgate o te muerdo.

Como el animal que es me cargo a pesar de que puse toda la resistencia que fui capaz, estaba en pijama y una flojera como la de un lunes a la mañana. Me metió a la parte de atrás del carro y puso el seguro de niños.

Maldito dictador.

Entró a la casa y salió rato después con mi mochila al hombro.

- Ahí tienes ropa, cámbiate que hoy nos vamos de viaje.
- Algunas personas trabajamos, tenemos familia y damos explicaciones, te cuento.
- Muchas explicaciones no diste cuándo quisiste quitarte.
- Qué golpe bajo.

Sabía que ese tema no podía tocar, no podía invocar a Satanás.
Tramposo.

Era más obstinado que yo, no quería pelear más, comencé a cambiarme detrás de él, odiándolo un poquito.

Mi celular sonó y rogué que sea mi mamá.

Se adelantó, contestó.

Después de intercambiar un par de palabras, llegó a convencer a quien quiera que fuese la persona con la que estaba hablando que lo mejor para mi era llevarme lo más lejos posible, al menos por ese fin de semana.

- Todo arreglado en casa.

Carajo.

No dije nada, su sonrisita de suficiencia me irritaba mucho

Cuándo me di cuenta ya estábamos en el aeropuerto, no lo podía creer.

- Ja, ¿me estás jodiendo? no tengo ni siquiera el pinche pasaporte. Llévame a mi casa que ya bastante te divertiste.
- No reina, vas a ir tú sola dónde puedes descargar toda la rabia y tristeza que te están matando de a poquitos. Aquí están los boletos, te vas hoy y regresas el lunes temprano.

Extendió la mano con los boletos al infierno.

Sentí frío. Mis intenciones eran totalmente malas. Mejor era alejarme de eso, no tientes al diablo porque si no...

- Te quiero y gracias por hacer esto pero tengo que decir que no, si llega a darse ese momento créeme que se pudre todo, no sé que pasaría, lo único que te aseguro es que terminaría muy pero muy hasta el culo.
- Te haría bien.
- Sabes que sufriría si llego a dañarle.
- Pero lo deseas.

No pude negar eso.

viernes, 14 de agosto de 2015

#3,2,1

La apuntaba a ella y ella lo apuntaba a él, el cañón de la 45 estaba pegado a su cabeza.

Hija de puta.

Esa era la situación, un movimiento en falso y todos terminábamos con los sesos reventados.

- Baja el arma.
- Te mueves y lo quemo.

Él me miraba fijo, sabía que estábamos jodidos. 

Una gota de sudor caía por mi frente, ese sudor frío y el hueco en el estómago me atormentaban.


lunes, 10 de agosto de 2015

#CompañeroDeVida

Mi mejor amigo se fue hace ya 11 años, él se fue pero me dejó ángeles en el camino.
De una forma u otra jamás estoy sola. Nunca.
Esto es para ti. Te adoro muchísimo.





Si, estoy molesta contigo.
Iría a buscarte a lo del vecino solo para cagarte a patadas.

Estoy molesta contigo porque hiciste lo que te dio la gana (como siempre) y no me dejaste, si quiera, abrazarte por última vez, despedirme, decirte que te quiero, desearte suerte, tomarnos esa última cerveza y recordar los buenos viejos tiempos.

Tantas cosas, mi querido, tantas cosas.

La última vez que nos vimos, robamos una botella de vino, la sacaste de tu bar. Conversamos mucho en el piso de tu sala.

Cómo te extraño, negro. Ni te imaginas.

¿Sabes que eres la única persona a la que le he pedido que bajara las escaleras conmigo en la espalda? Y no, no era porque me daba miedo, solamente me gustaba engreírme contigo. 

Gracias eternas por soportarme., por aguantar mis cambios de humor, por soportar mis celos tontos. Gracias por siempre haber estado ahí. 
Gracias por haber sido mi cable a tierra muchas veces, gracias por ayudarme a entrar en razón con paciencia, con cariño.
Gracias por haberme hecho un lugar en tu mesa para cenar (literal).

Algún día aceptarás que yo te enseñé a cocinar arroz.
Algún día aceptarás que jugando a las peleitas yo ganaba, siempre.
Algún día aceptarás que me querías, un poquito.

Los veranos eran aburridos porque no estabas, ahora imagina como la estoy pasando. Acostumbrarme a que ya no estés. Acostumbrarme a que te fuiste.
Horrible.

Siempre vas a ser uno de mis más grandes amigos, mi chico favorito, mi hermano, compañero de vida.

Fuiste la primera persona con la que hice planes para vivir juntos, pero el destino tenía otros planes. Mira que planes.

Te respeto.
Te quiero.

Espero volverte a ver.

Y si, nuestra amistad vale más que mil amores.

sábado, 8 de agosto de 2015

#UnWhisky

- Vamos por un whisky.

Estábamos como dos marmotas en el mueble haciendo zapping. Mi moño cupcake daba el claro mensaje que no pensaba salir de casa.

- No. Hace frío, quiero abrigarme y dormir.
- Ven conmigo.

Esos ojos...no lo mires, no lo mires, no lo mires.

- Ya, pero que quede claro que es contra mi voluntad.

Me colgué como koala y me llevó hasta el cuarto.


El agua caliente se sentía tan bien mientras recorría mi cuerpo.

Elegí la ropa que llevaría esa noche, me seque el cabello y decidí ponerme algo de maquillaje. Todo en tiempo récord.

Él ya me esperaba en el carro.

- ¿Y qué te parece si sonríes un poco, mi vida?

Le dediqué una mueca.

Arrancó.

La noche se volvió bonita de repente.

#EspejosRotos

Jugaba de chica a ponerme la funda de la almohada en a cabeza, envolverme con una sábana y fingir que me estaba casando con el hombre de mi vida.

Luego desperté.
                                                                                                                                       
.




Otra vez, mi querida y atolondrada amiga, estaba en situación de bulto. 

Debajo de mil cubrecamas, sus ojos me contaban que había llorado toda la noche, estaba comiendo un chocolate con maní y mirando a la nada.

- Te fuiste al carajo, date una ducha que apestas y se acaba esta mierda deprimente.

Su celular voló encima de mi cabeza.

- Lárgate.

Me acerqué.

- Dame un espacio que hace frío.
- Ni siquiera me dejas deprimirme en paz, te odio.

Tenía mil envolturas a su alrededor: lentejitas, chupetines, chocolates y para variar envases de helado vacíos.

Logré que regrese al mundo de los vivos, se lo debía.

- ¿Y ahora?
- Vamos a pasear, comprar cosas lindas y obvio, vamos a tomar algo.

Si alguien me hubiese prevenido de lo que nos íbamos a encontrar, no lo hubiera creído.

Estábamos en Miraflores buscando dónde tomar un trago, teníamos una que otra bolsita y esos gustitos nos habían dejado un poquito mucho en la quiebra.

Y, como el destino es un hijo de puta, los vi.

Entramos a ese bar al que queríamos ir desde hace tiempo, todo estaba bien, moríamos de risa por algo que ya ni siquiera recuerdo.

Ella se dio cuenta primero, me jaló. 

Sus nervios la delataron y por fin me di cuenta de que era lo que quería ocultarme.

Mi "amiga" y el miserable que pudo sacar lo peor de mí. Es imposible estar bien con Dios y con el diablo. Simplemente no se puede.

Lo tenía a pasos de distancia. 

- Fue, hay que salir de acá, se pudre todo.

Me jaló con más fuerza, dejé que me remolcara lo más lejos posible del diablo y Judas

Terminamos en su depa con una botella de tequila en el balcón.

Y si eso no era felicidad, estábamos muy cerca.

viernes, 7 de agosto de 2015

#ElAdios

- Te pegaría un tiro entre los ojos de muy buena gana, solo por ser un reverendo hijo de las mil putas.

Temblaba delante mio.

Cabrón, ni siquiera puedes morir como los hombres. Al menos me hubiese gustado llevarme un buen último recuerdo.

- Hice lo mejor para los dos.
- No cagón, hiciste lo que se te canto el culo, sorete.

La 45 pesaba en mis manos, el dedo en el gatillo, apretaba y todo se iba al carajo y él lo sabía.

Era un placer morboso tener el poder en ese momento.

¿Qué se siente que alguien decida algo que te afecta directamente sin consultarlo? Feo, ¿no?






 - Ya basta.

Entró a la habitación con una expresión imperturbable.

Maldita sea.

Me quito el arma de las manos y se la paso a uno de sus "colaboradores".

- Tú no. No te ensucies.
- No es tu problema.
- He dicho que tú no.

Me condujo con toda la delicadeza que era capaz hasta afuera. Prendió un cigarro para mi.

Mientras nos alejábamos, escuche el disparo.

lunes, 3 de agosto de 2015

#CerradoPorDerribo

Todo se resume en ella.

Noche y día juntos.
Terriblemente cruel.
Terriblemente dulce.
Depende de lo que hagas, depende como te portes.

Ella.
La que escribe.
La que canta.
La que camina con música y agua.

Ella perdona, siempre.
Pero ve tú a saber cuánto tiempo demora en lograrlo.
Ella es locura, pasión, desenfreno.
No conoce límites, no puede, no quiere.

Es leal, cómplice, compañera.
No traiciona, nunca traiciona.

La vi por primera vez hace unos años.
Bailamos, su perfume era suave.
Era todo, su risa, sus manos en mi cuello, su mirada divertida.
Quise besarla, no me atreví.

Tiempo después le di el pésame.
Mirada ausente, perdida.
Un poco de ella se fue con él.
No he vuelto a verla sonreír como en ese primer encuentro.

Hace unos meses conversamos.
Estaba ilusionada.
Traté de prevenirla, no me escuchó.
Luego me dediqué a recoger sus pedazos.


La invité a tomar chocolate caliente una tarde de agosto.




- No pienso hablar del tema.
- Olvídalo, solo quiero pasar un rato contigo.

Tan a la defensiva como un tiempo a esta parte.

Se veía cansada, triste.
Le di mi saco, las mangas le quedaban grandes.

- ¿Rivo?
- Fue, todo esta bien, aunque sea mejor.

Logré que esbozara una sonrisa de medio lado.

- Billar dices.
- Ja, te gusta perder.

Y, como es costumbre, acabamos haciendo algo muy opuesto a lo que teníamos planeado.
Si, me ganó, tomamos unas cervezas y la llevé a casa. El póker le ganó a nuestro cansancio y perdí de nuevo.

Se quedó dormida en el mueble.
Saqué una colcha del armario, le quité las botas.
Con un beso en la frente me despedí.

- Te quiero.
- Gracias por siempre estar.

Y.E