lunes, 21 de julio de 2014

#Noche


Suspiro, prendo la computadora, entro a Twitter y Facebook respectivamente.
La decepción me embarga cada vez que compruebo que no trataste de comunicarte conmigo, gracias a Dios dura dos minutos y luego llega la resignación y el pensamiento cojudamente reconfortante de "Así esta mejor". 
Te stalkeo #OComoSeEscriba un rato, compruebo que sigues vivo. Suspiro de nuevo.
Apago la computadora, en realidad la cierro agresivamente. 
Me invade las ganas de regresar con mis abuelos, de irme un poquito lejos, a esa casita sin recuerdos molestos del pasado reciente. 
Solo irme, sentir como me alejo aún más de ti.

Entonces mi estúpido cerebro quiere torturarme un poco más, y revive imágenes que lucho por enterrar en lo mas oscuro de mi memoria.
Mis brazos enredándose en tu cuello, tu boca buscando la mía, los dos tan juntos, siendo uno solo. Maldita sea. Maldito seas.

Y logro distraerme pensando en la universidad y de más mierda.
Ya va a pasar, ya no vas a doler.

jueves, 17 de julio de 2014

#Alone

Ayer a la noche cerré el capítulo de esa historia de destiempos.
Ayer decidí que iba a dejar de echarte de menos, decidí que iba a dejar que siguieras el rumbo de tu vida que ya esta escrita, que siguieras ese rumbo sin mi.
Quiero un amor bonito, un amor que muera por mi; y en especial, no quiero un triángulo. Quiero una relación de dos, así, como Dios manda.
Que irónico resulta leer la palabra "Dios" entre mis escritos, ¿no? 
Pude enamorarme de ti, es más, apuesto que empezaba a hacerlo. Pero eso seria igual a darme un disparo y agonizar lentamente.
Que seas muy feliz, lo deseo de todo corazón, con toda el alma.
Siempre te voy a querer.

sábado, 12 de julio de 2014

#Filosofando



Tras el último post una muy buena amiga me dijo "Vivimos de lo que escribimos"... tienes toda la razón del mundo, gracias por ser mi mayor crítica. Te quiero.





Hace un par de días empezó de nuevo el dolor, ese que me acompaña desde que tengo memoria. Pero esta vez es más intenso, más fuerte, va desde la rodilla hasta la punta de mi pie derecho, no da tregua.
Y en contra de mi costumbre de ignorarlo y aguantar, me he sentado en el pórtico escudándome tras el humo del cigarro para analizar un poco las cosas.

Suelo preocuparme por todo, ponerme triste de cosas insignificantes en vez de dejarlas atrás, molestarme por cosas que no puedo cambiar, dejar que la frustración me maneje. No valoro lo suficiente el hecho de estar viva.

Si, estar viva. 
Así como tú que lees esto, respiras, pestañeas, y ni siquiera te das cuenta cuantas personas se fueron en el momento menos esperado, cuantas de esas personas dejaron cosas pendientes, o cuantas sienten que no hicieron todo lo que quisieron, ¿Quieres ser uno de ellos? 

Vive cuidando tu conciencia, no vayas en contra de tus principios, se la persona que siempre quisiste ser, ama apasionadamente, arriésgate así sepas que puedes terminar sufriendo, trabaja en lo que te gusta, y siempre recuerda que el karma existe, pórtate bien amigo, date cuenta.

Se que hay grandes posibilidades que el dolor sea tan grande que no me permita caminar en algún momento, estoy consciente de todas las posibilidades, pero no pienso perder el tiempo lamentándome por eso. Voy a saltar, bailar y caminar todo lo que pueda, voy a sonreír y pensar que nada puede ser tan malo, voy a quererme más, voy a recibir el amor que merezco recibir y valorar todo lo maravilloso que tengo en mi vida.

Valorar a mis hermanos y al gran equipo que formamos cuando trabajamos juntos, valorar a esos pocos amigos que se quedaron hasta hoy, esos amigos que también son mis hermanos. Valorar la locura amorosa de mi madre, valorar - Me. 

Es tan simple, vas a ser más feliz, tómalo en cuenta. Además, solo se vive una vez. 


viernes, 11 de julio de 2014

#Piques

Él es más alto que yo.
Piel morena, cabello negro el cual necesitaba un corte, ojos marrones chocolatosos, facciones delicadas para tal musculatura. En su abdomen podías rayar zanahorias o lo que se te ocurra.
Tiene la costumbre de no llevar el polo puesto #ParaVariar aunque a su favor se puede decir que el calor del sur tampoco da para llevar todo puesto. 
Se llama Francisco, pero para mi es Pancho.
Es el nuevo ayudante de mi abuelo, y encima esta en los veintitantos, #PorQuéAMiModeOn
Después del susto en la chacra lo conocí, en realidad, nos encontramos.
Estaba peleando con el caballo porque no quería andar, y escucho su voz de locutor radial. 
"Deja, yo te ayudo"
No nos habíamos presentado así que solo atine a ponerme colorada y quitarme de su camino, gracias a la magia negra el animal se animo a caminar pero yo ya no tenía ganas de cabalgar.
Mi cabeza estaba inclinada contando cuantos coquitos tenía su abdomen, el volteó y se dio cuenta y yo fingí estar contando cuántas hormigas caminaban por el suelo, acerco su mano y con una media sonrisa su "Mucho gusto" quedo completamente relegado a comparación de esos brazos #Carajo.

Conversamos mucho, lo acompañe a realizar sus tareas diarias, me enseño a darle de comer a los animales, caminamos por la chacra, cortamos naranjas y llegamos a un garaje desolado, habían dos motos en buen estado.
"¿Recuerdas como hacerlo o prefieres ir amarrada a mi cintura?"
¡Y encima lo pregunta!, necesite dos segundos para meditarlo, podía tomar práctica a la noche cuando todos duerman pero nada me apetecía mas que ir trepada a su cintura y sentir su olor a madera.
No dije nada, solo me acomode y a él pareció agradarle mi elección.

Se sentía tan bien, a la mar de bien, podía dormirme si no fuera por el ruido de la moto. Fuimos por las chacras para que nadie nos vea, me inquiete en el momento que me di cuenta que ese era el camino de regreso a Lima.
No paso mucho tiempo para que diera algunas vueltas y llegamos. Era una casa azul, el garaje era enorme, estaba abierto y habían dos motos relucientes, un chico debajo de una y el otro sentado con la laptop en las piernas.
Pancho los saludó, el que estaba debajo de la moto no dejaba de mirarme, me incomodó un poco, mi amigo se dio cuenta y me presentó.
"Mi jefa, mi amiga y mi futura novia"

Me gusto la presentación.
Los chicos se llamaban Cristian y Juan José, gracias a la conversación supe que los 3 se dedicaban a hacer piques nocturnos en la carretera, mi sentido común me dijo que eso era completamente reprobable, pero mi subconsciente le dijo que cierre el pico. 

Conversamos mucho, parecían buenas personas, todos eran compañeros de universidad, discutimos las bondades del periodismo y luego la final del mundial, Pancho iba por Argentina, otro punto para él.
Ya estaba oscureciendo así que me despedí, él hizo lo mismo, y vino la propuesta.
"Hoy hacemos piques, si quieres llevas a tu chica"

Okey, si. Me sentí una mascota o un llavero, respondí algo gracioso y prometí que les iba a cerrar la boca, montaba mejor que los tres juntos. Rieron desafiantes, no me gusto ni pizca.
Teníamos que armar un buen plan, si mi abuela sospechaba un poquito se iba a infartar, y si era mi abuelo quien sospechaba iba a encerrarme y asegurarse que no saliera de la casa.
Pancho dormía junto con el capataz viejo así que era fácil. Me iba a escabullir desde mi cuarto hasta el suyo, caminaríamos, sacaríamos las motos caminando hasta alejarlas un poco más de la casa y luego directo a la gloria.
La media noche era buena hora, la hora de dormir era a las 8pm a más tardar, así que no habría problemas.

Y eso hicimos.

Salio mejor de lo esperado, 12:20 ya nos habíamos reunido con los chicos, estaban presentes dos chicas más, una se llamaba Renata, no recuerdo el nombre de la otra.
Ellas estaban sin moto así que supuse que yo era la única que iba a montar.
Empezamos en parejas, primero Pancho y yo.
No le fue difícil ganarme, me faltaba práctica y él era indiscutiblemente perfecto en eso. Luego Juanjo y Cristian, Cristian ganó.
Tocaba carrera de chicos, el único detalle era que nosotras debíamos de ir atrás. Demonios.
Solo basto una advertencia:
"Ganas y procura no matarnos"
Sentí que volaba, él era el doble de cuidadoso conmigo, eso hizo que fuera mas lento. No podía abrir los ojos, sabía que me iba a marear y eso no sería bueno.
Llegamos en segundo lugar, se le veía claramente fastidiado, me costó bajar, él se apresuro para rodear mi cintura y soportar mi peso ya que a pesar de todo si me había mareado.

Tomamos 2 rondas de pisco, Juanjo hizo unos cuantos chistes sobre porque las mujeres y las motos no combinan, le saqué la lengua y empezamos la carrera.
Gané y disfruté la cara de estúpido con la que se me quedo viendo. 

Y la noche transcurrió entre motos y una buena conversación, nunca me había sentido más libre, me gusto.

Regresamos a la casa un poco antes que amanezca, algo de cinco, a cinco y media, entramos como ladrones en medio de la noche, él fue a su cuarto a dormir un poco, yo iba en dirección a las escaleras, pase por la cocina y hay, sentadita estaba mi abuela.
Le inventé que había salido a cabalgar temprano, fingió que me creía y me sirvió el desayuno.

Pancho se dio cuenta que no había dormido en el momento que me vio acomodada en los naranjos a punto de quedar inconsciente, se acomodó a mi costado y me quede dormida en su pecho mientras acomodaba mi cabello. Paso mucho para que despierte, él no estaba, yo estaba tapada con una colcha.

Me incorporé con toda la intención de irme a la cama, llegué a mi cuarto y cuando ya estaba acomodada y calentita me llama al móvil.
"Ya que al fin despertó futura novia, ¿vamos a montar?" Maldita sea. Esta bien.

Y así pasaron los días, la despedida fue rápida. Me dio un beso en la frente, prometí que no tardaría mucho en volver. Y acabó en un mensaje de texto. "Te quiero mucho".
Yo también mi Pancho.




jueves, 10 de julio de 2014

#Imprevistos



La decisión no fue difícil, en realidad ni lo pensé tanto.
Estaba en camino al exilio cuando me di cuenta.
Regresar con mis abuelos siempre fue como volver en el tiempo, volver a un tiempo más fácil, volver a ser niña y esperar que los adultos solucionen los problemas, solo preocuparme en salir a jugar con mis primas y ser feliz.
Llegué con una tía que pasaba unos días en Perú, todo seguía igual: La casita, las parcelas, los animales, todo.
Los días eran tranquilos y lentos, alejada de Lima todo estaba más claro, nada era tan complicado y me gustaba.

Mis abuelos estaban preocupados, habían ciertos rumores que en las chacras pululaban ciertos individuos malos, delincuentes que violaban a las mujeres que tenían la mala suerte de cruzarse con ellos. Por ello se vieron obligados a contratar otro capataz, para evitar imprevistos en sus tierras.
Era el tercer día de paz, como las 4 de la tarde, mi abuelo dormía y yo quería naranjas, salí sin despertarlo ya que mi abuela y mi tía estaban en el pueblo.
Al ir por el caballo encontré al viejo capataz, le conté mis intenciones, me ofreció compañía y le dije que no, me pareció innecesario que mi abuelo se quede solo, además no iba a tardar. Me avisó que posiblemente el nuevo capataz este en las chacras, asentí y monte al caballo del abuelo que ya tenía el machete amarrado a la silla.
Llegué rápido, encontré a Argos y Rocky; dos de los ocho perros guardianes, tirados panza arriba después de comer un pollo entero, se levantaron para mover la cola y dar saltitos. Me acompañaron al paso del caballo.

Entre, ubique lo que quería, subí a un tronco con el machete en mano y empece a cortar.
A la media hora escuche trote de caballo, supuse que había llegado el capataz así que no me preocupé, ¡pero que equivocada estaba!

Haciendo honor a mi problema de concentración me percate que ya estaban cerca por la bulla incesante, estaban lo suficientemente cerca para ver que era joven y estaba sola en el momento equivocado.

Uno estaba montado a caballo, tendría 24 a 27 años, piel cobriza y ojos negros, poco agraciado y rojo por todo el licor que había ingerido, el otro, que iba a pie, era de piel albina; raro para estar expuesto a tanto sol, ojos negros, cabello amarrado en una coleta, no tendría mas de 22.
Se notaba que no eran capataces ni trabajadores, se notaba que eran niños de papá.
Puse mala cara, el machete comenzó a pesar mil kilos, sentí el temblor en mi espalda, el vacío en el estómago y como la sangre se me iba del rostro.

Me observaban y reían, reían como cazadores con su presa. "Fuera, son tierras ajenas" ni siquiera acabé de decir eso y explotaron en más risas. El que iba a pie habló "¿Tan linda y solita? podemos solucionarlo" .
Mi mente trabajaba rápido, el caballo estaba pastando como a dos metros y los perros comenzaron a ladrar, no tardarían en llegar los demás y podría escapar, y en el peor de los casos el machete en la mano me recordaba que siendo lo suficientemente rápida podía llevarme a uno por lo menos.

El que estaba montado se movió hasta quedar atrás de mí, Argos quería morder la pata del caballo, aparecieron 3 perros más, pero eso no detuvo al otro para acercarse pronunciando preguntas estúpidas como
"¿Por qué no conversamos un poco? ¿Ah preciosa?"
"Conversa con tu vieja"
Necesitaba que diera un paso más, así los perros se le lanzarían encima y yo podría correr al caballo.

Y gracias a Dios, o a lo que carajo sea, el galope de unos caballos me dio esperanzas de que no terminara tan mal como pensaba.
Aproveche que los dos idiotas se quedaron helados para correr a mi caballo, me monte y fui en dirección de los que se aproximaban, era el viejo capataz acompañado de un chico que se me hacia conocido.
Los indeseables huyeron al trote, los recién llegados, armados gracias a que mi abuelo nunca perdió el amor por los rifles, dispararon, no llegamos a ver si habían bajado a uno por lo menos.

No paramos hasta llegar a la casa, no podía dejar de llorar, del susto y de la alegría, no podía dejar de agradecer.

"Es que el se despertó y nos mandó a buscarla señorita, estaba muy molesto por dejarla ir sola con todo lo que esta pasando"

A los segundos mi abuelo salió disparado de la casa, pero no para gritarme como había pensado, me abrazó (él no abraza a nadie) y se contento con decir "¡Eres la imprudencia en persona!".

No es novedad viejito.