lunes, 5 de diciembre de 2016

#MiBoda

Un día, me quiero casar. 

Quiero separar fecha e ir a una municipalidad de su mano, los dos en jeans y polo blanco. 

¿Invitados? Familia cercana, muy cercana. Nunca me convencieron las fiestas, inviertes un montón de plata por una noche y, al final, alguien siempre tiene algo que criticar. 

Luego de recibir los abrazos respectivos tendremos que volar al aeropuerto porque va a haber un vuelo esperándonos. ¿Dónde? Lo más lejos que se pueda. 

Religioso, no creo. Demasiada hipocresía junta. Además mi fe no está en la Iglesia Católica. 

Lo podría pensar si nos dejan ir en polo blanco y jeans (y no me obligan a confirmarme) aunque siempre está la posibilidad cliché de ir a Las Vegas luego del civil y que nos case un tipo vestido de Elvis en una casa decorada como Iglesia.  

No quiero el estrés de una gran celebración, no quiero el vestido ni el baile. Prefiero pensar que tenemos toda la vida para bailar al medio de nuestra sala Can't Help Falling In Love mientras dos copas de vino nos esperan. 

Prefiero pensar que me espera una vida tranquila y feliz a su lado.


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lunes, 21 de noviembre de 2016

#8CosasQueTodasEnfrentamos


  1. ¿Te vas de viaje?, ¿estás loca? ¡eres mujer! Estás dando pie a muchas cosas. Te pueden matar o violar porque ¿qué hace una mujer lejos de casa?
  2. No puedes ganar más que tu marido. Le quitas poder, eres una desubicada. Amiga, eres mujer.
  3. No puedes vestirte como tú quieras. Ni falda corta, ni escotes. Eso es para putas. ¿tú eres una puta? Entonces ni te quejes si es que un hombre te toca o te susurra algo al oído. Lo estás incitando.
  4. ¿Estás embarazada? no te has casado, ¿qué le voy a decir a la familia? ¿qué va a pensar la gente? Ahora pues, jódete. No tienes idea del infierno que te espera, vas a tener que criar un hijo sola.
  5. ¿Te violaron? ¿y? ¿qué esperabas si sales a tomar una copa sola? Entiende, eres mujer, si vas por un trago no puedes ir sola, das mala imagen. El hombre interpreta eso y lo confundes.
  6. ¿Mudarte sola? ¿sabes lo peligroso que es? ¿y si entran y te matan? Además, ¿qué hace una chica decente viviendo sola? No mamita, tú tienes que salir casada o mejor ni salgas, vas a parecer una descarriada más.
  7. ¿Abortaste? ¡por Dios, en qué me equivoque contigo! Solo las chicas de la calle abortan, esas que se encaman con todo el mundo. ¿Crees que TÚ puedes decidir eso? Si, puede que solo tú vas a afrontar la responsabilidad pero TÚ no puedes decidir eso. Lástima, ya te condenaste al infierno.
  8. Si no llegas virgen al matrimonio pierdes valor, es más, puede que ni siquiera quieran casarse contigo, ¿quién te va a querer? Tienes que guardarte para tu esposo. 
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viernes, 28 de octubre de 2016

#ParaLosAbuelos

Mi familia se estabilizó en Lima antes que yo naciera. Éramos 4 hermanos. Los mayores, de niños, iban a lo de los abuelos en Ica casi todos los veranos. Yo, muy pegada a mamá, no tuve esa costumbre.

La casa de los abuelos siempre fue un lugar cálido a dónde llegar. Mi abuela Blanca te esperaba con una comida riquísima y una conversación graciosa. Mi abuelo Chelo, portador de una paciencia eterna, prudente, trabajador hasta su último aliento.


A los 10 años viajé junto a una tía muy querida a lo de los abuelos, ya llegada la noche me avisa que es hora de regresar a Lima, yo muy determinada decido quedarme.

Tienen que saber que jamás me había ausentado de casa una noche y, gracias a eso, pasadas unas horas me echo a llorar. La abuela, muy asustada le pide al abuelo que, por favor, me lleve a casa.

Él, con el corazón más enorme del mundo, aceptó de buena gana. No paramos hasta Lima. Llevó a una niña asustada, caprichosa y llorona a casa.

Años después, ya adulta, pude frecuentar más la casa de los abuelos. Siempre era buen momento para sentarme con mi abuelo a escuchar alguna de sus historias de juventud, de su trabajo en la fábrica, de su paso por Lima y reírme cuándo la abuela lo molestaba. Era un lugar seguro, acogedor.

Ellos fueron los únicos abuelos que conocí.

Mi abuelo falleció hace más de dos meses. Lo mató la pena, la decepción. Lo mató la traición de un demonio disfrazado de hija.

Mi abuela, siempre queriendo ser dura, llora a escondidas todos los días. Algunas veces no puede más y llora confesando cuánto extraña a su esposo fallecido.

Lo único que me queda es disimular y tratar de hacerla reír, ya en la noche antes de dormir se me escapan las lágrimas pensando “yo también, mami, yo también”. 

lunes, 5 de septiembre de 2016

#EsasNoches

Despierto gracias a mi garganta seca.

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Calculo que deben ser cerca de las cinco de la mañana, algo de claridad ya se puede notar tras las cortinas. 

Él duerme, sus brazos se cierran en torno a mi cintura. Mi nariz juega a rasparse con su barba recién afeitada. Beso su quijada, me levanto de la cama con la esperanza de no despertarlo. Lo logro. 

Camino de puntillas hasta la cocina, saco una botella de agua de la despensa, terminando de tomar escucho a mi estómago gruñir. Veo el reloj en forma de gallina, marca las cuatro y cuarenta. Suspiro. El desayuno tendrá que esperar unas horas más, es domingo. 

Salgo al balcón, cierro la mampara tras de mí. La bata me abriga lo justo, no quiero que amanezca, quiero que ese momento dure para siempre. 

Todo valió la pena para llegar a él, para llegar a este momento. Es el amor que quiero y necesito. Podría jurar que no tiene idea de cuánto es que me hace feliz. Es la primera vez que quiero dormir con alguien todas las noches que me queden. 

Regreso con el mismo sigilo. 

Me acomodo a su lado despacio, ya estaba abrigada cuándo escucho su susurro adormilado. 

- Ven.

Rápidamente me acurruco a su lado, besa mi cabello mientras me abraza fuerte. 

Los latidos de su corazón me acunaron hasta dormirme.

miércoles, 13 de julio de 2016

#Felicidá

Quise escribir.


El frío de la madrugada acompañaba mi cansancio, cerré el libro de francés y prendí el ordenador. Cociné agua para el mate y empecé a recordar cada detalle de él. Se me ocurrieron mil versos dulces y la carecojuda, igual que la felicidad, fue inevitable.

Ese perfume (chocolate, vainilla, mora). Esa discusión eterna de sí, no. Esas noches tranquilas, sin pesadillas que me despierten sobresaltada. Esas noches acunada por el sonido de su corazón. 

Su paciencia, sus chistes malos, su ternura. 

Mi impulsividad, mis ganas de aprovechar cada momento. Sus pasatiempos, mis líneas. Malbec a la noche acompañando los ravioles. 

Esa calidez. Esa sonrisa. Esos besos.

Me rendí, no iban a salir versos desesperados y llenos de tristeza, tampoco los extrañaba. Nada puede ser malo ahora.

Apagué las luces mientras caminaba hacia el cuarto. 

jueves, 23 de junio de 2016

Uno, dos, tres

Siempre escuché lo difícil que es querer después de haberla pasado mal, ahora mientras él y yo bailamos vals descalzos en la alfombra, puedo afirmar que es mentira.

Reímos mucho, su brazo firme acercando mi cuerpo al suyo, mi boca en su cuello. Bailamos mientras nos regalamos muchos besos. Las luces tenues nos dan tranquilidad.

Voy marcando los pasos, uno, dos, tres, uno, dos, tres. Me sigue con mucha elegancia.

El corazón olvida, disfruta de un tiempo de merecida soledad para poner los asuntos en orden y no explotar. Luego, sin aviso, llega esa persona que de a poquitos, va cobrando un papel cada vez más importante en tu vida, esa persona que te va robando el aliento cada vez que está a tu lado. El gran culpable de tu voz idiota por el teléfono y de esas sonrisas extras.

Luego de unas horas, él se queda dormido abrazándome. Lo arropo, y me dispongo a escribir pero me cuesta mucho separarme de su lado estando tan cómoda, tan feliz. Empiezo a jugar raspándome la nariz con su barba recién afeitada.


Cierro los ojos y me dejo llevar felizmente hasta la inconsciencia.


martes, 21 de junio de 2016

#Cenizas

- A veces los recuerdos vuelven y te atropellan, te ahogan- dije intentando prender otro cigarro.
- ¿Cómo haces si ya no puedes? ¿Cómo haces cuándo hay días que no sabes el motivo por el cuál levantarte de tu cama? ¿Cuándo ya no confías en ti?- preguntó acercando su encendedor al ver cómo peleaba para que funcione el mío. 
- No puedes parar, el tiempo cura absolutamente todo- carajo, ya estaba ebria, hasta yo me percaté de mi pronunciación atropellada.


Estábamos en el malecón, ya era pasada la media noche y nosotras caminábamos mientras yo cargaba una mochila llena de latas de cervezas. La neblina acompañaba nuestro estado de ánimo.

-  ¿Era necesario comprar 24 latas?
- Ahora más que nunca – respondió mientras botaba el humo por la nariz.

Después de hablar todo el día habíamos quedado en juntarnos tomando en cuenta que el celular no la podía abrazar. Ella estaba consternada, confundida, saturada. Todo estaba pasando muy rápido y no se sentía capaz de manejarlo sin salir lastimada.

- El punto es…mi estimada, ¿te quieres casar o no?- era obvio que no ya que llevaba 3 horas hablándome de su ex novio.
- No queda otra opción, faltan 5 días, todo está listo.
- Eso significa que no, no quieres, pero no puedes controlar tu alma de mártir.
- ¿Te dije que paso por su blog cada cierto tiempo y ya no escribe? y tengo miedo, es más, terror. Me da terror pensar que en cualquier momento me pueda cruzar con él.
- Rufina, vuelves a hablarme del idiota ese y te quemo el ojo con mi pucho.

Caminamos en silencio, abrimos otra cerveza, saltamos el murito y nos sentamos en el pasto.

- ¿A ti no te pasa lo mismo?- no terminó de preguntar y derramé cerveza en mi casaca nueva.
- ¿Extrañar?
- Mjm.
- No, ya no. Por ahora estoy feliz, tengo a quién quiero conmigo.

- Te envidio muchísimo- se recostó en mi brazo, sentí como se limpiaba las lágrimas mientras yo me perdía en la inmensidad del mar.