Ellos llegaron cuándo él se fue, aceptaron una versión
desmejorada de mí. Ellos aceptan todas mis versiones.
Ellos salvaron mi vida.
Rodrigo tiene alma de adulto, es rebelde, necio. Muy
inteligente, analiza mucho aunque le gana la impulsividad y ahí es donde se
equivoca. Es el niño de 11 años más perspicaz que he conocido (y voy a
conocer). Mi pequeño bebé gordo que se niega a seguir siendo bebé.
Nunca hubiese imaginado que la vida me iba a regalar dos cómplices, dos compañeros de ruta tan extraordinarios.
Saben cuánto los amo, cuánto me alegran la vida. Saben que tienen una hermana llorona y mandona que los obliga a abrazarla cuando se siente triste.
Los veo crecer, convertirse en dos jóvenes hermosos. Me hace feliz que me vean a su lado siempre..
Lo único que pido es que nunca me dejen de llamar "hermanita mayor".
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