Esa decisión fue motivo suficiente para una gran pelea con mamá, repetía furiosa una y otra vez haciendo aspavientos que me podía pasar algo, que tuviese sentido común. Le desesperaba que fuese tan obstinada y arriesgada.
A pesar de tener pasaje comprado y poder solventar una bolsa de viaje que me permita estar tranquila un tiempo, no me dejo ir.
No logré entenderla, su posición era demasiado sobreprotectora e inverosímil ante mi lógica. Me esforzaba en expresar indignación recalcando que a mi no me iba a pasar nada malo, que esas cosas no pasan cuándo tienes un plan A, B y C. No conseguí que mamá flaqueara, perdí el vuelo y todo el día la pasé enfurruñada, encerrada en mi cuarto con las cortinas cerradas botando una que otra lágrima.
Han pasado 3 años de eso.
Hace unos días, luego de una intensa búsqueda, se hizo público el hallazgo de los cuerpos de Marina y María José, dos argentinas asesinadas en Ecuador. No podía creer tanto ensañamiento hacia las jóvenes y, lo que hasta ahora no puedo creer, son las reacciones tanto de las personas como del Gobierno Ecuatoriano.
Al poco tiempo, la policía de ese país, presentó a la opinión pública dos tipos que habían confesado la autoría del crimen. ¿A quién quieren engañar? Sí, claro, es taaan efectivo su sistema que han encontrado a los asesinos en tiempo récord, se quebraron gracias a sus astutas tácticas de interrogación. ¿Qué más?
No contentos con esa burla dieron una versión totalmente increíble de los hechos. Y, cómo somos bien idiotas, les creemos ahorrándoles el trabajo. Así tiene que ser ¿no?
Nunca falta también, la opinión de los internautas que todo lo saben, los dioses del ciberespacio:
Sí, eran dos mujeres y no, no estaban solas. Eran DOS, se acompañaban pero eso no basta, si una mujer quiere salir de viaje tiene que ir acompañada de un tipo porque es lo lógico, se exponen demasiado...se exponen a encontrarse con uno o varios hijos de puta, así de putrefacta es nuestra realidad.
Soy mujer y quiero salir de viaje al sitio que me de la gana, quiero partir sabiendo que nadie me va a impedir volver a casa, volver a ver a mi familia. Salir de viaje conmigo, poder disfrutar a mi ritmo, poder caminar hasta cansarme, poder crecer, poder aventurarme sin miedo.
Gracias a la versión de sus familiares ahora sabemos que las chicas si tenían respaldo económico (contrario a la versión de la policía ecuatoriana quienes aseguran que se fueron con los asesinos ya que se quedaron sin dinero y no tenían dónde pasar la noche); tarjetas de crédito, dinero. No necesitaban pedir favores.
"Su falta de sentido común las condeno", ellas tenían que tomar por hecho que por ser mujeres no se les puede ocurrir viajar, divertirse, disfrutar la vida. Tenían que quedarse en casa y contentarse conociendo por fotos los lugares que quisieran visitar hasta que por fin tuvieran la suerte de toparse con un valiente caballero que les haga el gran favor de acompañarlas, ¿algo así?
Las personas no pueden creer que alguien se quiera aventurar por nuevos rumbos, ya va siendo hora que empiecen a darse cuenta que eso no es raro, que es simplemente ganas de vivir, ganas de no quedarse con las ganas.
Decir que "ellas se lo buscaron" es igual a decir que una mujer víctima de violación busco ser agredida, así solo se logra invisibilizar a los culpables y que, lo que les pasó a Marina y María José vuelva a repetirse una y mil veces más.
Ellas merecían volver a casa.
Ellas merecían cumplir sus sueños.
Ellas merecían volver a abrazar a su familia.
#NiUnaMenos