- ¡PELEA CARAJO!
- Te volviste loco.
Solo lo miraba. Estaba molesto y eso me molestaba a mí. Los chicos miraban, todo el gimnasio miraba, en especial el entrenador.
- No voy a pelear, estoy cansada y triste. Me voy a ir a mi casa a tomar una cerveza muy helada y dormir. Déjame en paz.
A mi favor tengo que decir que estaba distraída (y que de verdad no quería pelear) , sentí su derecha en mi quijada. Cuándo me di cuenta ya estaba recostada en las cuerdas. Escuchaba los gritos, le pedían que me deje bajar.
- ¿Vas a pelear o me vas a dejar ganar?
- Estoy cansada.
Me levantó, yo miraba a la lona. Él daba vueltas a mi alrededor, esperando el momento que cargara en contra.
Golpe en la barriga. Me doble, me caí. Querían subir a darme una mano, el profe no los dejaba. "Necesita despertar", algo así logre escuchar.
- Débil de mierda.
Me puse los guantes, vi la sonrisa de satisfacción que se esforzó en disimular.
Nos cagamos a golpes. Me dio ventaja y la aproveche. Escupió su protector bucal con sangre y creo que me rompió una costilla.
1, 2, 3...a la lona.
Caímos a la hora y media. Nadie se interpuso, nadie nos detuvo, nadie tuvo la mínima intención de abogar por mí y lo agradecí.
- ¿Estás mejor? buena derecha, como siempre.
- Podría jurar que tengo una costilla rota.
Ya estábamos en casa, en mi cuarto, él sentado en el piso, yo en mi cama tratando de que la base tape los golpes.
- ¿Ahora entiendes?
- Mjm...pero no, no entiendo, trato pero no capto.
- Yo menos, ahora estamos en la misma onda.
- Carajo.
Terminé, había logrado disimular en algo, al menos las personas ya no iban a voltear a mirarme.
- Eres extremadamente cojuda.
Solo pude mirarlo mal, tenía más razón que un Santo.
Fue a pedir comida, yo aproveche para dormir un poco, ahora era más el dolor físico lo que jodía.
Agradecí mucho ese detalle.
No hay comentarios:
Publicar un comentario